Ya sali de Cuba, la hermosa llave del golfo, según algunos o la cárcel flotante, según otros. Volé de La Habana a Cancún, México, pero mucho no me quedé porque no me gustó, así que a las tres horas me tomé un barco y desembarqué en Isla Mujeres.
Ese nombre, que inspira muchas fantasías, nadie sabe bien a qué viene. Una versión dice que se debe a que había un montón de estatuas de una diosa maya, de hecho en la punta sur hay un templo en su honor. O mejor dicho había, ya que lo que queda son las ruinas de las ruinas de templo. En el 1998 pasó un huracán y sólo dejo siete piedras tiradas una arriba de la otra que pueden haber sido un templo a la diosa como pueden haber sido unas piedras que dejó la marea.
La otra versión sobre el origen del nombre de la isla es que la misma se pobló de mujeres que venían a ganarse la vida ofreciéndole sus favores a los piratas que por el mar caribe navegaban.
Sea como sea, la isla es un lugar muy lindo. Tiene una sola playa que vale la pena, agua mansa, verde turquesa. Arena blanca y fina. Palmeras. Muy caribeño. En el Hostal donde estoy hay un bar sobre la playa y todas las noches fiesta y tequilazos. Por el día mar, alquiler de bici y pasear por la isla, que apenas tiene ocho km por dos km. Anoche, después de los tequilas, con un grupo de gente nos fuimos a bañar al mar y al salir descubrimos que nos habían robado todo. Así que me quedé sin una remera, sin toalla y lo peor, sin mis hermosas sandalias, con plantilla ortopédica incluida. Al menos no nos bañamos en pelotas. Se me olvidó que esto no es Cuba y que acá se roba mucho.
Hay algo muy curioso en la isla: casi no hay autos y la mayoría de la gente se mueve en carritos de golf. Esos chiquitos, blancos, que se usan en los campos de golf para que los ricos no gasten la suelas de sus zapatos. Son una plaga. Como no tiene claxon le ponen las de las bicicletas. Es por eso que si uno va caminado por la calle y escucha el toque de una bocina, no sabe si es que viene una bicicleta o un carrito de golf con treinta mexicanos dentro, embebidos en tequila a las dos de la tarde.
En fin, la isla es un paraíso, pero las fantasías que puede inspirar el nombre, en la práctica no se materializan. Mujeres... en pural, no.
Pablillo: Ahora que te dignaste a publicar el link de tu blog ("el link de tu blog"... Dios mio, sé inglés desde niño ¡pero antes no hablábamos así!) voy a pasar con regularidad a leer acerca de tus desventuras, ahora en este nuevo episodio centroamericano. Todo muy interesante. Sin ironías eh. Un gran abrazo. Y si alguna vez el nombre en plural de la isla adquiere el significado literal que todos esperamos, traete alguna para el sur, no seas puto.
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