lunes, 30 de mayo de 2005

Feliz Cumpleaños

25 años, la gran puta. Eso si que es heavy. Un cuarto de siglo. Mierda. 28 de Mayo de 2005. Hemos llegado a la mitad del año, que a su vez, es el año que marca la mitad de la década. Década curiosa si las hay ya que es la primera del siglo así como también del milenio. Allá por los noventa uno escuchaba a Baglietto decir “que el hombre de hoy es el padre del mono del año 2000” y pensaba: qué loco lo del año 2000, qué loco cuando llegue. Y no sólo llegó, sino que se fue hace cinco años. Y así como el 2000 no trajo Apocalipsis evangélico ni caos informático, este 28 de mayo no trajo pastel con velitas ni grandes regalos, pero sí el afecto de un montón de personas de ambos lados del charco, unos que me hacen sentir amado aunque no esté en mi hogar y otros que me hacen sentir como si estuviera en mi hogar.
Ahora tengo 25 años, la cosa se pone seria. Hace un año escribía que me quedaba un año más y después empezaba la cuesta abajo. Esto significa que ya no entro en la categoría de adolescente según la define la ONU, sino que ahora soy un joven adúltero, digo adulto. A-DUL-TO. Que mal suena, por Dios. Significa también que ya no tengo pasajes de avión más baratos o que no puedo obtener descuentos en el cine por ser joven. También implica que me quedan únicamente 5 años más para llegar al millón de dólares y poder jubilarme tranquilo a los treinta. Es en estas fechas cuando uno se pone reflexivo y mira hacia atrás, proyectándose para adelante. Muchas preguntas surgen en estas fechas:
¿Qué quiero hacer de mi vida?
¿Cómo lo consigo?
¿Dónde esta Yabran?
¿Quién soy?
¿Por qué Sibarita es tan rica?
¿Llego Britney Spears virgen al matrimonio?
¿Por qué el Windows XP no me anda?
¿Dónde está mi verdadero yo?
¿Salgo con el paraguas o no?
¿Dónde mierda queda Kamchatka?
¿Catalunya es o no una nación?<
¿Si un árbol cae en el bosque y no hay nadie para oírlo, hace ruido?
Y si hay alguien en el bosque pero el árbol le cae en la cabeza y lo deja inconsciente, ¿hace ruido?
Todas estas preguntas sin respuestas entran a pasar por la cabeza como un caótico montaje de imágenes. Imágenes de 25 años de vida que se acumulan en algún lugar escondido en la memoria. La verdad es que cumplir 25 años me hizo poner mi vida en perspectiva y fijarme ciertos objetivos. Objetivos que todos nos proponemos en el día de nuestro cumpleaños o la noche de año nuevo, pero esta vez con verdaderas ganas de cumplirlos.