Cuenta una antigua
leyenda que un Dragón asolaba a una poblado de religión indecorosa.
Una princesa fue ofrecida en sacrifico para tranquilizar a la bestia.
Cuando la princesa caminaba hacia su destino de snack mañanero se
cruzó con un caballero cristiano. Este noble hidalgo mató al
Dragón. La sangre de la bestia se transformo milagrosamente en una
rosa roja que fue entregada a la princesa. En honor a este caballero
se construyo una iglesia y la ciudad se convirtió a la noble
religión católica apostólica romana. Gracias a su proeza dicho
caballero fue hecho santo.
Hay quienes creen que en realidad no mató a un Dragón sino a cientos de musulmanes. Hay quienes creen que este caballero se llamaba Jordí y que la matanza del Dragón tuvo lugar en tierras catalanas. Por eso Sant Jordí es el patrono de Catalunya y su día, el 23 de abril, es festivo y no laborable.
Por otro lado cuentan que el día 23 de abril del año 1616 fallecían tanto Miguel de Cervantes como William Shakespeare e Inca Garcilaso de la Vega.
Hay quienes creen que en realidad no mató a un Dragón sino a cientos de musulmanes. Hay quienes creen que este caballero se llamaba Jordí y que la matanza del Dragón tuvo lugar en tierras catalanas. Por eso Sant Jordí es el patrono de Catalunya y su día, el 23 de abril, es festivo y no laborable.
Por otro lado cuentan que el día 23 de abril del año 1616 fallecían tanto Miguel de Cervantes como William Shakespeare e Inca Garcilaso de la Vega.
La matanza del Dragón y
el homenaje a estos grandes escritores se entremezcló en una curiosa
tradición catalana: Cada 23 de abril los hombres han de regalar una
rosa a las mujeres. Estas, al recibir la rosa, deben corresponder
regalando un libro.
Cuando vivía en
Barcelona los 23 de abril solía pasear por La Rambla, ese ancho
bulevar peatonal y arbolado que cruza el centro de la ciudad. Ese día en la capital catalana se hace una celebración al libro. Talleres
literarios, editores independientes y grandes cadenas de librerías
ponen una mesita en La Rambla, al mejor estilo feria artesanal. La
gente pasa, se encuentra, huelen rosas y compran libros. Realmente es
una hermosa tradición.
Algún ortodoxo dirá que Cervantes murió el 22 de abril y no el 23, día que fue enterrado. Que Shakespeare murió el 3 de de mayo de nuestro calendario, aunque como en Inglaterra todavía usaban el calendario juliano ese día lo llamaban 23 de abril. Y mejor no hablar de las no siempre bien intencionadas resoluciones de la UNESCO. Todo eso es irrelevante. A mi me gustan los libros. Y la fiesta. Yo, ahora paseando por los arrabales porteños, festejo igual.
Algún ortodoxo dirá que Cervantes murió el 22 de abril y no el 23, día que fue enterrado. Que Shakespeare murió el 3 de de mayo de nuestro calendario, aunque como en Inglaterra todavía usaban el calendario juliano ese día lo llamaban 23 de abril. Y mejor no hablar de las no siempre bien intencionadas resoluciones de la UNESCO. Todo eso es irrelevante. A mi me gustan los libros. Y la fiesta. Yo, ahora paseando por los arrabales porteños, festejo igual.
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