viernes, 12 de junio de 2009

Ventinueve

Los últimos años he desarrollado el vicio de hacer un viajecito para mi cumpleaños. Además, este cumpleaños tenía la particularidad de ser el último de los que empiezan con dos. Por eso, con motivo de mi vigésimo noveno aniversario me he ido a pasar unos días a Edimburgo.
Sobre la cima de lo que hace millones de años fue un volcán, hoy extinto y convertido en un cerro, está el castillo de Edimburgo. Esto le da a la ciudad un aire medieval, recrea los ojos y destroza las piernas. Toda la ciudad son cuestas o interminables escaleras. Esto último, para un hombre proveniente de la llanura pampeana, significó un gran esfuerzo.
Me allegue a la ciudad con mi amiga Carla temprano por la mañana. Después de dejar las cosas en el hostal y tener un buen desayuno, hicimos el tour por la ciudad vieja. Nos llevo a recorrer los lugares de interés, los sitios curiosos y aprender un poco más la historia de esa ciudad, de sus personajes y de Wiliam Walas.
Como nuestro presupuesto era escaso tuvimos que establecer prioridades. El tour histórico educativo fue el gratuito. El tour que pagamos fue el que nos llevo a recorrer los bares, con alguna que otra bebida incluida y terminaba en una discoteca. Me alegra saber que con los años he adquirido la sabiduría para saber en qué he de invertir mi dinero.
Pero lo más curioso de la ciudad son, justamente, sus curiosidades. El personaje más famoso es un perrito que, una vez muerto su dueño, se quedo en el cementerio velando la tumba dieciseis años. Tan famoso se hizo que, para evitar el sacrificio que sufrían los perros sin dueño en aquella época, el alcalde de la ciudad lo nombro hijo ilustre de la misma, con lo cual pasó a ser posesión legal de todos los habitantes de Edimburgo. El Museo Nacional de Escosia tiene, entre otras curiosidades, la segunda locomotora más antigua del mundo y la afamada oveja Doly disecada en una vitrina que gira constantemente. La vitrina no solo contiene a la oveja, sino que conserva varios de sus excrementos. También en la ciudad se encuentra el bar donde se escribió el primer libro de la saga Harry Potter. Cuenta la leyenda que la autora, madre primeriza, recientemente divorciada, viviendo de la ayuda del estado no tenía plata ni para pagar la calefacción y por eso se iba al bar. Consumía un único café en sus largas horas de escritura, mientras por la ventana se divisaba el colegio que le sirvió de inspiración para escribir la novela. Hoy, doce años después de la primera publicación, es la mujer más rica de Reino Unido, más incluso que la reina. A mi, que sueño con algún día vivir de la escritura, me preguntaron si esta historia me daba esperanza o me servía de ejemplo. La verdad es que no. Nunca se sabe que nos depara la vida, pero es seguro que nunca me voy a convertir en la mujer más rica de Reino Unido. Seguro.
Edimburgo es una ciudad de historias extrañas. Fantasmas, espectros, apariciones están bien documentadas. Caza de brujas, tortura de enemigos públicos. Muertos que vuelven a la vida en circunstancias extrañas. Vivos que van a la muerte en circunstancias más extrañas aún. Cada esquina guarda una historia tenebrosa. Cada rincón de la ciudad tiene un pasado siniestro, como el barrio que fue completamente tapiado dejando a todos sus habitantes morir dentro para que no se extienda “la plaga”.
Sin proponernoslo en Edimburgo casi se estableció una rutina. Por la mañana recorrido culturoso. Al medio día comida típica escocesa. Siesta en el parque o en una terraza al sol. Por la tarde empezar el recorrido de bares o pubs. A veces estas actividades se superponían, como la culturosa visita a The Scotish Whisky Expirens.
La última noche, la de mi cumpleaños, en un bar nos encontramos con un grupo de gente que estaba realizando una competencia de lo más extraña. Una especie de búsqueda del tesoro, que tenía dos fases. Una era ir a ocho bares diferentes de la ciudad y contestar preguntas concretas sobre su decoración, a la vez que conseguir una etiqueta de cada una de las cervezas que allí se venden. La otra fase era conseguir objetos raros, como el menú de un restaurante hindú, una señal de la vía pública, varias tarjetas de compañías de taxis, alguna prenda de vestir de un extraño o conocer a un polaco. Nos sumamos a esta grupo y fue así como nos pasamos las últimas horas en la ciudad yendo de un bar a otro. En el último nos aguardaba el jurado, donde lo convencimos de que yo era polaco, y además le ofrecí mi calcetín sudoroso, aunque el jurado prefirió que me lo deje puesto.
Como era de esperar se nos hizo tarde y atravesamos en quince minutos corriendo la ciudad, lo que implica subir y luego bajar el jodido monte, para abordar justo a tiempo el autobus que nos devolvería a Londres.
Con el inicio de los veintinueve se acaban los veintiocho. Año para el cual tenía muchas expectativas, que se han cumplido satisfactoriamente. Año movido, viajado, extraño, por momentos difícil y angustiante, pero mayormente divertido y enriquecedor. Esperemos que siga esta tendencia en alza que viene caracterizando a los últimos años de mi vida.
En cuanto al veintinueve, bueno, he de confesar que pensé que me iba a joder mucho esto de que los treinta estén a la vuelta de la esquina, pero no. Me he dado cuenta que si bien envejecer es molesto, lo bueno es que es una actividad que irremediablemente uno comparte con amigos.

5 comentarios:

  1. cada dìa escribìs mejor... ademàs, me gusta porque escribìs como pensàs, y màs allà de que seguramente pulìs las cosas, esa espontaneidad se nota. por favor, seguì escribiendo.
    què lindas las fotos, suenan a cumpleaños y diversiòn.
    què es la cruz al lado de la que estàs? yo tengo una idèntica, pero es irlandesa, no escocesa, por lo que supongo que es la cruz celta. la pregunta es si tiene algùn significado o historia en particular.

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  2. Vaya fotos más chulas, se nota que os lo habeis pasado super bien.
    Aunque tarde, muchas felicidades.
    Es raro que se me haya pasado, lo debo haber traspelado del año pasado.
    Hoy hemos presentado el libro donde salen tus cuentos. En estos días te hago llegar las fotos por picassa.
    Un abrazo muy fuerte.

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  3. Para cumplir la tradición, ya que estabas en Escocia, otra vez dejé pasar tu cumple sin saludarte!!! :-( aunque no te saludo sabés que te quiero y te mando a tu mamá de regalo para estos 29.

    que lo pasen re.bien!!!

    beso, madrina de boda!!!

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  4. Feliz cumple, pequeño Marquevichi!! Yo decidi de congelar mi edad a los 29 porque ya son tantos que cumplen 30 que me parece un poco aburrido hacer lo mismo.
    Realmente estas gastando tu plata de manera sabia. Parece que te gustan los bares con mucha variedad de whiskey (vease las fotos de Bern). Cuidate y que tengais unos dias muy buenos en Madrid!

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  5. "He gastado la mayor parte de mi fortuna en mujeres, alcohol y viajes. El resto... lo malgaste.".
    FDO: Pablo Marquevichi.

    Felicidades elemento!!
    Me encanta pensar que siempre serás un año más anciano que yo! Pero lo malo es saber que soy 10 años más viejo que tú en experiencias NO vividas. De ahí que la envidia y la admiración hacia tu persona sean proporcinales.

    Sepas que eres la más viajera de cuantas personas conozco, y esta es la frase que siempre quise me dedicaran. Hoy es tuya.

    No me enrollo. Un abrazo fuertísimo desde Asturias oh...!

    Con cariño; el enanito verde de la guerra de las galaxias.

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