Capítulo Dos
Funcionamiento
El tema de las casas okupas ha generado ciertas inquietudes y varias preguntas. Primero hay que aclarar que en este país no es ilegal okupar. Es algo raro, a uno lo pueden echar de la casa solo si ha cometido algún delito. Ejemplos:
1) Romper el contrato de alquiler y no pagar.
2) Entrar a una casa donde hay gente viviendo.
3) Hacer daño a la propiedad.
Pero si uno no tiene contrato de alquiler y la casa esta vacía no hay delito, siempre y cuando entre sin dañar la propiedad. En la práctica eso nunca pasa, porque para entrar hay que romper una ventana o la puerta. Pero existe el principio de inocencia que establece que todo el mundo es inocente hasta que se demuestre lo contrario. Por lo tanto es el dueño el que tiene que demostrar fehacientemente ante la ley que uno hizo daño a la propiedad al entrar. Si uno es listo y arregla la ventana o puerta ni bien entra, no hay pruebas que demuestren que uno ha hecho daño a la propiedad. Pero lo mejor es el hecho de que sea delito entrar a una casa donde vive gente porque funciona en ambos sentidos. Si el dueño entra a la casa comete un delito porque somos nosotros los que estamos viviendo acá, lo podemos denunciar y hasta procesar.
En cuanto a la casa donde vivo hay que decir que no esta mal, pero tiene tres problemas:
1) No tiene máquina para lavar la ropa.
2) No tiene heladera.
3) Queda lejos de la estación de tren.
Lo de la ropa ni siquiera es un problema. Se soluciona fácilmente yendo una vez por la semana a la lavandería. En cuanto a la comida, dado que seis días a la semana trabajo en un restaurante donde como, no me hago problema. El día que no trabajo aprovecho para ir a algún museo, pasear por la ciudad o verme con amigos. Siempre estoy afuera. Ni una sola vez comí en casa (esto establece un nuevo récord personal: seis semanas en una casa sin cocinar). Suelo salir a media mañana y no volver hasta pasada la media noche. Lo único que compre en el súper es una caja de te, unos cereales y leche larga vida. Una vez abierta la leche la cuelgo en una bolsa del lado de afuera de la ventana, que con el frío que hace se mantiene varios días. En cuanto a la distancia a la estación de tren, se soluciona saliendo quince minutos antes de casa. Aunque ahora encontré un atajo que permite ahorrarme tres minutos de caminata: Hay que atravesar el parque donde se juntan los africanos fuma porros, entrar al jardín de la vieja iglesia derruida y cruzar el antiguo cementerio abandonado aledaño a la iglesia. Es un bonito paseo para hacer a la noche.
A decir verdad tiene otro problema mi vivienda, carece de Internet. Desconozco en que momento de mi vida tener una conexión banda ancha pasó a ser una necesidad seudo básica. Lo peor de todo es que no soy de esas personas que están todo el día chateando y mandando mails. Realmente no hago mucho en Internet, pero de algún modo es bastante vital en mi existencia. Como mi situación en esta casa y en este país es transitoria mucho no me preocupa, por ahora me arreglo con los locutorios, el wireless de mis amigos o la conexión que hay en el gimnasio.
Así es la situación sobre los okupas en este país y la mía propia en mi casa, de la cual hay mucho para contar pero será en otra ocasión.
Funcionamiento
El tema de las casas okupas ha generado ciertas inquietudes y varias preguntas. Primero hay que aclarar que en este país no es ilegal okupar. Es algo raro, a uno lo pueden echar de la casa solo si ha cometido algún delito. Ejemplos:
1) Romper el contrato de alquiler y no pagar.
2) Entrar a una casa donde hay gente viviendo.
3) Hacer daño a la propiedad.
Pero si uno no tiene contrato de alquiler y la casa esta vacía no hay delito, siempre y cuando entre sin dañar la propiedad. En la práctica eso nunca pasa, porque para entrar hay que romper una ventana o la puerta. Pero existe el principio de inocencia que establece que todo el mundo es inocente hasta que se demuestre lo contrario. Por lo tanto es el dueño el que tiene que demostrar fehacientemente ante la ley que uno hizo daño a la propiedad al entrar. Si uno es listo y arregla la ventana o puerta ni bien entra, no hay pruebas que demuestren que uno ha hecho daño a la propiedad. Pero lo mejor es el hecho de que sea delito entrar a una casa donde vive gente porque funciona en ambos sentidos. Si el dueño entra a la casa comete un delito porque somos nosotros los que estamos viviendo acá, lo podemos denunciar y hasta procesar.
En cuanto a la casa donde vivo hay que decir que no esta mal, pero tiene tres problemas:
1) No tiene máquina para lavar la ropa.
2) No tiene heladera.
3) Queda lejos de la estación de tren.
Lo de la ropa ni siquiera es un problema. Se soluciona fácilmente yendo una vez por la semana a la lavandería. En cuanto a la comida, dado que seis días a la semana trabajo en un restaurante donde como, no me hago problema. El día que no trabajo aprovecho para ir a algún museo, pasear por la ciudad o verme con amigos. Siempre estoy afuera. Ni una sola vez comí en casa (esto establece un nuevo récord personal: seis semanas en una casa sin cocinar). Suelo salir a media mañana y no volver hasta pasada la media noche. Lo único que compre en el súper es una caja de te, unos cereales y leche larga vida. Una vez abierta la leche la cuelgo en una bolsa del lado de afuera de la ventana, que con el frío que hace se mantiene varios días. En cuanto a la distancia a la estación de tren, se soluciona saliendo quince minutos antes de casa. Aunque ahora encontré un atajo que permite ahorrarme tres minutos de caminata: Hay que atravesar el parque donde se juntan los africanos fuma porros, entrar al jardín de la vieja iglesia derruida y cruzar el antiguo cementerio abandonado aledaño a la iglesia. Es un bonito paseo para hacer a la noche.
A decir verdad tiene otro problema mi vivienda, carece de Internet. Desconozco en que momento de mi vida tener una conexión banda ancha pasó a ser una necesidad seudo básica. Lo peor de todo es que no soy de esas personas que están todo el día chateando y mandando mails. Realmente no hago mucho en Internet, pero de algún modo es bastante vital en mi existencia. Como mi situación en esta casa y en este país es transitoria mucho no me preocupa, por ahora me arreglo con los locutorios, el wireless de mis amigos o la conexión que hay en el gimnasio.
Así es la situación sobre los okupas en este país y la mía propia en mi casa, de la cual hay mucho para contar pero será en otra ocasión.
Que apañado que eres. Todo tiene solución en esta vida, si lo miras desde la perspectiva correcta.
ResponderEliminar¡Y te queda tiempo para ir al gimnasio!