Estar de vuelta en Barcelona es muy bizarro, al menos para mí. Sentí como si volviese a una ciudad después de años de no estar allí, aunque no llegaron a ser tres meses. Paseé por la ciudad maravillándome al ver las cosas que siguen igual y asombrándome de los pequeños detalles que cambiaron. Pero si estar otra vez en Barcelona es bizarro el clima lo es aun más. Nunca había estado en Barcelona en esta época del año. La verdad es que hace mucho frío. Además las calles están más vacías, sin todos los turistas que no saben una mierda y se pasean por las ramblas con sombrero mexicano (total todos hablan español) y una remera con un toro (símbolo de España que los Catalanes odian). Pero volviendo a lo importante: el clima me descoloca completamente. Hace unos días salgo a ver algunas habitaciones a las once de la matina y estaba nevado. No les puedo decir el frío que pasé yo esa madrugada. Es que el shock térmico es mucho peor que el jet lag. Cuatro días atrás yo estaba en remeras y bermudas con 35ºC a la sombra.
Este frío te paraliza. Te congela las ideas. Es ideal para quedarse en la cama todo el día. Lujo que no me puedo dar. Ahora me toca encontrar casa, trabajo. En fin, empezar de nuevo.
Este frío te paraliza. Te congela las ideas. Es ideal para quedarse en la cama todo el día. Lujo que no me puedo dar. Ahora me toca encontrar casa, trabajo. En fin, empezar de nuevo.
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