Un amigo fue a Nueva York y al preguntarle cómo es la ciudad me dijo “Igualita a la de las películas" Antes de irme a Barcelona vi Piso Compartido para ver algo de la ciudad. Funcionó, porque me hice una idea mas o menos parecida de cómo es. A mi me pasa que cuando veo alguna película (bien) hecha en Buenos Aires siento esa magnificencia presencia de la ciudad.
Pero nunca me iba a imaginar que algo así me pasaría en París. Para empezar la Catedral de Nôtre Dame, vivienda de Quasimodo alias El Jorobado. No tengo ni idea en qué versión de la película la vi, pero se que la vi y muchas veces. Todas esas gárgolas y ese altísimo campanario. Lugar desde donde se suicidó una testigo de Jehová, con tanta mala suerte que cayó justo encima de la madre de Amélie y la mató.
La Ciudad Universitaria, que tiene de todo menos una universidad, es igual a esas universidades que uno ve en películas yanquis. Esas donde los alumnos viven y cada cual tiene su casa. Todo el ambiente se parece al colegio de La sociedad de los poetas muertos.
El barrio de “Montmartre” es el típico barrio que uno se imagina cuando piensa en Paris, sus calles angostas, que van bajando de la loma en curva, casa antiguas y atelier de artistas, muchos pintores y dibujantes en la calle vendiendo sus trabajos. Caminar por allí es un sueño, todo el lugar tiene una atmósfera bohemia y grandes artistas e intelectuales viven o tienen sus talleres allí. Cuando paseábamos por ahí con mi novia nos agarró una llovizna pasajera y nos refugiamos en un bar que resultó ser el bar donde trabajaba Amélie. Luego de un vigorizante café en dicho bar nos cruzamos por azar con la calle de aceras más angostas de todo París, la misma del beso de la película Piso Compartido, para llegar finalmente al mítico Moulin Rouge. Si se sigue bajando a pie se llega hasta la Opera Garnier, lugar donde transcurre El fantasma de la opera.
Siempre que alguien se va a ir para alguna ciudad yo le recomiendo ver alguna película que en ella transcurra, aunque sea sólo una. Si van a París vean Amélie. Tómense una tarde para ir caminando desde la Basílica de Sacre Coeur, bajando todas las callejuelas hasta el centro, recorriendo todo esos lugares que uno ya conoce aunque nunca haya estado en persona.
Con tanta pelotudez que se armó con el libro "El Código Da Vinci" seguramente hagan la película. Espero en tal caso que la rueden en París y en el Louvre, y no en un estudio en Hollywood. Porque hay algo de la ciudad que queda en la película. Es como si el hecho de capturar una imagen robase un pedazo del alma de la ciudad.
Pero nunca me iba a imaginar que algo así me pasaría en París. Para empezar la Catedral de Nôtre Dame, vivienda de Quasimodo alias El Jorobado. No tengo ni idea en qué versión de la película la vi, pero se que la vi y muchas veces. Todas esas gárgolas y ese altísimo campanario. Lugar desde donde se suicidó una testigo de Jehová, con tanta mala suerte que cayó justo encima de la madre de Amélie y la mató.
La Ciudad Universitaria, que tiene de todo menos una universidad, es igual a esas universidades que uno ve en películas yanquis. Esas donde los alumnos viven y cada cual tiene su casa. Todo el ambiente se parece al colegio de La sociedad de los poetas muertos.
El barrio de “Montmartre” es el típico barrio que uno se imagina cuando piensa en Paris, sus calles angostas, que van bajando de la loma en curva, casa antiguas y atelier de artistas, muchos pintores y dibujantes en la calle vendiendo sus trabajos. Caminar por allí es un sueño, todo el lugar tiene una atmósfera bohemia y grandes artistas e intelectuales viven o tienen sus talleres allí. Cuando paseábamos por ahí con mi novia nos agarró una llovizna pasajera y nos refugiamos en un bar que resultó ser el bar donde trabajaba Amélie. Luego de un vigorizante café en dicho bar nos cruzamos por azar con la calle de aceras más angostas de todo París, la misma del beso de la película Piso Compartido, para llegar finalmente al mítico Moulin Rouge. Si se sigue bajando a pie se llega hasta la Opera Garnier, lugar donde transcurre El fantasma de la opera.
Siempre que alguien se va a ir para alguna ciudad yo le recomiendo ver alguna película que en ella transcurra, aunque sea sólo una. Si van a París vean Amélie. Tómense una tarde para ir caminando desde la Basílica de Sacre Coeur, bajando todas las callejuelas hasta el centro, recorriendo todo esos lugares que uno ya conoce aunque nunca haya estado en persona.
Con tanta pelotudez que se armó con el libro "El Código Da Vinci" seguramente hagan la película. Espero en tal caso que la rueden en París y en el Louvre, y no en un estudio en Hollywood. Porque hay algo de la ciudad que queda en la película. Es como si el hecho de capturar una imagen robase un pedazo del alma de la ciudad.
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