Mientras por Roma se le daba la extremaunción al ex Papa yo inicié mi etapa de homeless en Barcelona. El 31 de marzo tenia que dejar el piso donde vivía y hasta el 6 de abril no podía entrar en el nuevo. Con una mochila al hombro como única pertenencia, al el estilo de David Banner alias el increíble Hulk salí a la calle a enfrentar esta situación. El problema de donde dormir me di cuenta que no era tan difícil como yo creía. Una noche en lo de un amigo, otra de farra, otra en lo de alguna amiguilla y así se van pasando las noches. El problema resultó ser el día. No tenía una mierda que hacer. Sin libro que leer, sin trabajo en qué ocupar mi tiempo, sin casa donde larvear, con todos mis amigos trabajando, sin un puto duro en el bolsillo para ir al cine. Y para colmo el tiempo horrible.
El primer día me desperté al mediodía (hora en la que se suelen levantar mis amigos para ir a trabajar) y salí a la calle. A las dos cuadras de metí en el FNAC. Esto es un shopping mega grande dedicado a libros, DVD y tecnología. Luego de leer un buen rato, visualizar Spiderman 2, Los Increibles, y una y otra vez la loopeada secuencia de la pelea de los clones de Matrix 2 (qué buena escena) se hizo de noche y me fui a la casa de turno donde me tocaba dormir. Los días más lindos me iba al parque y practicaba malabares. Eso hice el sábado 2 y, mientras el alma de Juan Pablo II se elevaba dejando esta tierra, yo me esforzaba para que las tres pelotitas de tenis rellenas de arroz se elevaran de mis manos con algo de gracia.
Como suele ocurrir los días fueron pasando. Finalmente llegó el 6 de abril y me pude mudar a mi nueva casa. Recolectar mis cosas y llevarlas al piso fue un tema que ocupó toda una tarde. Varios pares de manos prestadas pedí para que me ayuden en esta tarea, pero muchos más pares de manos en ese momento se juntaban en Roma para darle el ultimo adiós al Papa. Según dicen los noticieros dos millones de jóvenes españoles fueron hasta Roma a despedirse. Yo me pregunto ¿Toda esa gente no tiene nada mejor que hacer? Hay dos millones de personas menores de treinta que no estudian ni trabajan y se pueden tomar un micro durante veinticuatro horas. No es por criticar, pero si se hubiese muerto en vacaciones sería más entendible. Se murió a mitad de semana y a fin del año fiscal. ¿Tanta gente está al pedo? Se ve que la fe mueve montañas, pero no mueve los parciales ni los días. Si el 6 de abril cae en miércoles no se pasa a sábado para que la gente no trabaje.
Mi nueva casa es hermosa. Es gigante y muy luminosa, algo casi imposible en el barrio gótico de Barcelona. Está viejita y bastante venida a menos, por eso mientras se armaba el cónclave Papal en Roma en Barcelona yo buscaba maderas en la basura para armar sus muebles. O al día siguiente, mientras el humo negro inundaba los cielos Romanos, yo me ponía negro de tanta roña sacada de mi habitación. Influenciados por vaya a saber Dios qué yerbas raras, al día siguiente nos encontramos con fumata blanca, un nuevo Papa había surgido.
Cuando yo era chico era bastante fanático en un dibujito japonés llamado Mazinger Z. Como resurgido de las cenizas ese súper héroe robótico se encarna ahora en Ratzinger Z el súper Papa que ha llegado para re-evangelizar Europa (o sea echar a los musulmanes). Para demostrar que no es un ultraconservador, quería romper con la tradición de llevar el número después del nombre, él quería invertir el orden y llamarse, por ejemplo, Tercer Reich. También había pensado El Führer Segundo, pero estos nombres no eran muy marketineros, decidió el departamento de estudios de mercado del Vaticano. Finalmente opto por Adic... digo Benedicto XVI. Benedicto, nombre que también tuvo el Papa que apoyó la primera guerra mundial ¿Se está preparando la iglesia para apoyar la tercera?.
Esperemos que no sea tan malo como parece, pero preparémonos para que sea así. Como dice un gran sabio amigo mío “Piensa mal y acertarás”. Y hablando de eso, hace muchos años atrás mi abuela me dijo algo acerca de que el próximo Papa era el anticristo o algo así.
Bueno, habrá que darle una oportunidad. Tampoco lo vamos a llamar el Papa nazi sólo por que es ultraconservador, además de ultraderechista, sin olvidar que fue oficial de la brigada antiaérea del ejército alemán en la segunda guerra mundial y además formó activa parte de las juventudes Hitlerianas.
El primer día me desperté al mediodía (hora en la que se suelen levantar mis amigos para ir a trabajar) y salí a la calle. A las dos cuadras de metí en el FNAC. Esto es un shopping mega grande dedicado a libros, DVD y tecnología. Luego de leer un buen rato, visualizar Spiderman 2, Los Increibles, y una y otra vez la loopeada secuencia de la pelea de los clones de Matrix 2 (qué buena escena) se hizo de noche y me fui a la casa de turno donde me tocaba dormir. Los días más lindos me iba al parque y practicaba malabares. Eso hice el sábado 2 y, mientras el alma de Juan Pablo II se elevaba dejando esta tierra, yo me esforzaba para que las tres pelotitas de tenis rellenas de arroz se elevaran de mis manos con algo de gracia.
Como suele ocurrir los días fueron pasando. Finalmente llegó el 6 de abril y me pude mudar a mi nueva casa. Recolectar mis cosas y llevarlas al piso fue un tema que ocupó toda una tarde. Varios pares de manos prestadas pedí para que me ayuden en esta tarea, pero muchos más pares de manos en ese momento se juntaban en Roma para darle el ultimo adiós al Papa. Según dicen los noticieros dos millones de jóvenes españoles fueron hasta Roma a despedirse. Yo me pregunto ¿Toda esa gente no tiene nada mejor que hacer? Hay dos millones de personas menores de treinta que no estudian ni trabajan y se pueden tomar un micro durante veinticuatro horas. No es por criticar, pero si se hubiese muerto en vacaciones sería más entendible. Se murió a mitad de semana y a fin del año fiscal. ¿Tanta gente está al pedo? Se ve que la fe mueve montañas, pero no mueve los parciales ni los días. Si el 6 de abril cae en miércoles no se pasa a sábado para que la gente no trabaje.
Mi nueva casa es hermosa. Es gigante y muy luminosa, algo casi imposible en el barrio gótico de Barcelona. Está viejita y bastante venida a menos, por eso mientras se armaba el cónclave Papal en Roma en Barcelona yo buscaba maderas en la basura para armar sus muebles. O al día siguiente, mientras el humo negro inundaba los cielos Romanos, yo me ponía negro de tanta roña sacada de mi habitación. Influenciados por vaya a saber Dios qué yerbas raras, al día siguiente nos encontramos con fumata blanca, un nuevo Papa había surgido.
Cuando yo era chico era bastante fanático en un dibujito japonés llamado Mazinger Z. Como resurgido de las cenizas ese súper héroe robótico se encarna ahora en Ratzinger Z el súper Papa que ha llegado para re-evangelizar Europa (o sea echar a los musulmanes). Para demostrar que no es un ultraconservador, quería romper con la tradición de llevar el número después del nombre, él quería invertir el orden y llamarse, por ejemplo, Tercer Reich. También había pensado El Führer Segundo, pero estos nombres no eran muy marketineros, decidió el departamento de estudios de mercado del Vaticano. Finalmente opto por Adic... digo Benedicto XVI. Benedicto, nombre que también tuvo el Papa que apoyó la primera guerra mundial ¿Se está preparando la iglesia para apoyar la tercera?.
Esperemos que no sea tan malo como parece, pero preparémonos para que sea así. Como dice un gran sabio amigo mío “Piensa mal y acertarás”. Y hablando de eso, hace muchos años atrás mi abuela me dijo algo acerca de que el próximo Papa era el anticristo o algo así.
Bueno, habrá que darle una oportunidad. Tampoco lo vamos a llamar el Papa nazi sólo por que es ultraconservador, además de ultraderechista, sin olvidar que fue oficial de la brigada antiaérea del ejército alemán en la segunda guerra mundial y además formó activa parte de las juventudes Hitlerianas.
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